El fin de los días
Cuando la octava luna muera, y de ella brote el hijo de la soledad, amargura e infinidad, llegara el fin de este mundo. Sera el día en que Lhiggrimba despierte de su sueño, ese día el cielo azul se tiña con el color de las estrellas y los aullidos de cien espectros retumbaran los cimientos de la tierra y Mithra el protector caiga hacia los infinitos océanos del este destruyendo con grandes olas las islas, para nunca mas volver.
Del cielo nocturno solo se vera la cara de
Lhiggrimba acercándose cada vez mas durante dos días, listo para devorar todo
aquello que en su profundo letargo alguna vez perdió. De sus sueños saldrán las
criaturas horridas e incomparables, habitantes de la obscura gnosis del ser
primigenio. Asechando y atormentando a todo ser que quede para entonces. De sus
ojos brotaran estelas de luz que mataran al desafortunado que pose su vista
sobre ellas.
Al finalizar el segundo día Lhiggrimba comerá una y
otra vez hasta saciar el hambre que un exilio de puede dar. El Sol será devorado
en cuatro mordiscos y la tierra en uno solo. Los dioses aterrados huirán a la
casa creadora ahí le avisaran a la suma excelencia Toggon. Quien descenderá
hacia su creación y con su vida detendrá a Lhiggrimba destruyendo todo lo que
alguna vez creo. Destruyendo el cosmos y volviendo a nacer para repetir el
ciclo otra vez.
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